martes, 2 de febrero de 2010

PULP FICTION, EUA, 1994. (Tiempos Violentos)

Director: Quentin Tarantino
Protagonizada por: John Travolta, Samuel L. Jackson, Uma Thurman, Ving Rhames, Harvey Keitel, Bruce Willis, Tim Roth, Amanda Plummer
Guión: Quentin Tarantino
Productor: Lawrence Bender
Editor: Sally Menke
Director de Fotografía: Andrzej Sekula
Supervisor de Música: Karyn Rchtman
Diseño de Vestuario: Betsy Heimann

Sinopsis
Un asaltante decide cambiar de giro y abandonar los asaltos a bares, licorerías y gasolineras para dedicarse a robar cafeterías; un boxeador maduro pretende retirarse de su carrera e iniciar una nueva vida; un matón a sueldo descubre que continúa vivo por un milagro y decide cambiar. Las tres historias convergen en medio de drogas, muerte y saldos por cobrar en una ciudad en la que el grupo de gangsters contratados por Marsellus Wallace (Rhames) hacen sus trabajos sucios. Todos tienen miedo de Wallace: Vincent Vega (Travolta) teme por su pellejo si algo le pasa a Mia (Thurman) esposa de Wallace; él mismo y Jules Winfield (Jackson) pagarían con su vida si no entregan el dinero al mafioso; Butch (Willis) no quiere encontrar a Wallace, pues le debe algunos favores y trabajo. Sin embargo, hay una esperanza en medio de las más oscuras perversiones y amenazas. Winfield tiene la última palabra como telón al asesinato en voz del profeta Ezequiel; él decidirá la vida o la muerte y con ello, su propia libertad.

Comentario
Posiblemente la obra maestra de Tarantino y ahora ya convertida en película de culto, en donde hay un gran acierto en todos los sentidos: dirección, actuación, guión, música, y en el sorpresivo montaje. Este se plantea desde el inicio de la película con la inserción del concepto siguiente: Folletín (Pulp Fiction): 1. Novela que se acostumbraba publicar por partes en un periódico con sucesos y coincidencias muy dramáticas, sorprendentes e inverosímiles. (Los subrayados son míos) Esta definición marca la trayectoria de la edición y guión.
El guión está dividido en tres capítulos: 1. Vincent Vega y la esposa de Marsellus Wallace, 2. El reloj de oro y 3. La situación de Bonnie. Tomados en orden, serían tres partes de un folletín; sin embargo, el montaje hace algo brillante: el contenido de los tres capítulos, que corren paralelos en la narración, está mezclado en un montaje alterno que inserta fragmentos de un capítulo dentro de otro; por ejemplo, la historia comienza con la parte intermedia del capítulo tres (conversación de los asaltantes y comienzo del robo) para continuar con otro episodio muy anterior (los gángsters en el auto, allanamiento de morada y asesinato de los jóvenes); después se anuncia el capítulo 1 que contiene una acción casi final del capítulo 3 (recontratación de Butch, los gángsters llegan con Wallace vestidos con ropa deportiva y a entregar el maletín); continúa el capítulo 1 en tiempo lineal internamente, pero a su vez, resulta ser tiempo futuro con respecto al capítulo 3, pues el compromiso de Travolta con Mia es posterior a la entrega del maletín, y así sucesivamente.
El montaje está hecho a entregas, como el folletín del periódico; pero además, el espectador no recibe dichas entregas en orden cronológico: sucede como cuando compramos un número muy adelantado de literatura barata, nos interesamos por la historia y la seguimos conforme vamos consiguiendo los números atrasados. El montaje continuo de algunas partes de los capítulos representa aquellos números que compramos en secuencia. El primer número de esta historia está inserto casi al principio: los gángsters en el auto, antes de llegar al departamento; y la conclusión de esa historia es el final de la película, que no constituye el final de los ejemplares; el relato en realidad termina en la historia lineal de Butch, inserta a la mitad de la película.
Hay una recurrencia a lo largo del principio, el capítulo 1, el capítulo 2 y el capítulo 3, y es que los diálogos están muy bien estructurados a la par con los personajes; sin embargo, las conversaciones que comienzan a delinear la curva dramática antes del clímax son intrascendentes: los asaltantes hablan y discuten tonterías antes de dar el golpe; Vincent Vega y Jules Winfield hablan en el auto acerca de hamburguesas antes de allanar el departamento; Vincent Vega y Mia hablan de estrellas de Hollywood y de un tonto chiste para la televisión antes del baile y el shock de la mujer; Butch y Fabienne hablan de su desayuno antes de que el boxeador regrese por su reloj; y en el capítulo tres los gángsters discuten tonterías, Vincent va al baño a leer un ejemplar de literatura barata y ocurre el asalto. Vemos la vida cotidiana y aburrida de los matones. Solo su “trabajo sucio” los diversifica fuera de lo rutinario y simple.
En cuanto a las imágenes hay una saturación de marcas: Mc Donalds, Burger King, Sprite, Big Kahuna, Coca-cola, en ese orden; por otra parte, lo que resalta en el diseño de arte y música es la amalgama, novedosa y efectiva, de distintas épocas: música y autos de los ’50, ’60 y ’70; el vestuario resulta una mezcla tales décadas unidas a los ’30 y ’40, más una mención de un icono norteamericano de los ’80 (Madonna) y la clara situación de los ’90: el modelo del teléfono celular.

Definitivamente marcó el estilo del montaje en los siguientes años; la banda sonora volvió a cobrar auge en el mundo mercadotécnico cinematográfico y abrió una vertiente para el cine comercial que empezó a producir cine de calidad y de acción con el tema de la violencia; el mejor alumno de este filme fue, desde mi punto de vista, Natural born killers.
Tarantino obliga a su espectador a ser partícipe en la historia, reconstruyéndola, lo cual nos recuerda el principio de Cortázar en su novela abierta “Rayuela”, en la que el lector escribe la obra con el escritor, justo en el momento de leerla. El lector activo del que nos habla Umberto Eco se puede transferir al espectador activo en Pulp fiction. En pleno 2010 esto no es novedad y hay muchos experimentos en montaje que obligan al espectador a reconstruir y explicarse la trama de una película; pero en aquel 1994 constituyó una novedad que en aquel entonces, posiblemente, influyera en la poca audiencia a las salas comerciales.
Por desgracia, el cine de acción ha retomado su tendencia chabacana y se ha conformado con presentar de nuevo al clásico héroe norteamericano que nos salva a todos, pasando por Willis, Schwarzeneeger, Keanu Reeves y El príncipe del rap.

SEMBLANZA

El gran José Revueltas

Nació el 20 de noviembre de 1914 en la ciudad de Durango; murió en 1976. Novelista, cuentista, poeta, y periodista. Fue hijo de un minero y esta experiencia probablemente influenció su preocupación por los temas sociales. La madre de los Revueltas soñaba con visiones poéticas que después transmitiría a sus hijos (Silvestre, compositor; Fermín, pintor y Rosaura, actriz). José terminó sus estudios primarios en la capital de la República y fue después autodidacta; a los catorce años ingresó a la organización Socorro Rojo Internacional, no había cumplido aún los quince años cuando se le procesa, acusado de rebelión, sedición y motín, y es internado en un reformatorio. Estas experiencias son aprovechadas más tarde en uno de sus cuentos: "El quebranto", del libro Dios en la tierra. En las pausas de su actividad revolucionaria escribe sus pequeñas prosas.
Formó parte del personal docente del dormitorio para niños del Cuadrante de la Soledad, dependiente de la Beneficencia Pública del Distrito Federal; posteriormente, entra en contacto con las doctrinas de izquierda y se incorpora al Partido Comunista Mexicano, del que será expulsado más tarde, por lo que organiza la Federación de Juventudes Comunistas; más tarde, cuando prestaba asistencia política a los trabajadores de la fábrica El Buen Tono, fue detenido y enviado al penal de las Islas Marías, donde permaneció cinco meses y escribió su novela Los muros de agua. A su regreso a México se incorporó a la Confederación Sindical Unitaria de México con el cargo de secretario juvenil; promovió una huelga en Ciudad Anáhuac, Nuevo León, y nuevamente lo confinaron sin proceso en las Islas Marías, en donde estuvo 10 meses sometido a trabajos forzados, hasta que fue liberado por el régimen del presidente Cárdenas (1934). Lo expulsaron del Partido Comunista (1943) por discrepancias con el secretario general, Dionisio Encinas. Miembro fundador del Partido Popular Socialista del que también se distanció. José Revueltas tuvo contacto con los participantes del Manifiesto de los artistas soldados: José Guadalupe Zuno, David Alfaro Siqueiros, Clemente Orozco y Diego Rivera, cuyo activismo político tenía marcados tintes comunistas.
Dirigió varias publicaciones de izquierda y fue reportero del diario El Popular, órgano del Partido Popular, recién fundado por Vicente Lombrado Toledano. En 1943 publica El luto humano, novela por la cual recibe el Premio Nacional de Literatura; años más tarde, publicará Dios en la tierra, su primer volumen de cuentos. Su trabajo como argumentista cinematográfico le ocupó mucho de su tiempo, llegando a escribir cerca de 50 guiones. En 1949 aparece Los días terrenales, y en 1960 su segunda colección de cuentos: Dormir en tierra. Otras novelas son Los días terrenales (1949), En algún valle de lágrimas (1956), Los motivos de Caín (1957).
A principios de 1961 abandona su partido político y funda, con otros marxistas, la Liga Comunista Espartaco, de filiación leninista, y mantuvo posición antiestalinista, de la que sale poco después. En 1964 publicó Los errores. Fue uno de los líderes del movimiento estudiantil de 1968, por lo que nuevamente se le encarceló y no fue liberado sino hasta 1971. Este encarcelamiento provocó protestas internacionales de escritores y catedráticos. Sus novelas posteriores fueron Los errores (1964) y El apando (1969); libros de cuentos: Dormir en tierra (1960) y Material de los sueños (1974); obras de teatro: Israel (1947), La otra (1949, en colaboración con Roberto Gavaldón), El Cuadrante de la Soledad, Pito Pérez (1950) y Nos vemos en abril; ensayos: México, una democracia bárbara (1958), Ensayo sobre un proletariado sin cabeza (1962), El conocimiento cinematográfico y sus problemas (1965), entre otros. Cuando murió trabajaba en dos obras de ficción: Hegel y yo y El tiempo y el número.
Su obra tiene influencias de Faulkner, Malraux y Sartre. De manera casi obsesiva habla de la soledad, la frustración, la desesperanza, el pesimismo, la amargura y la muerte, creando un retrato desgarrador de la angustia y el sufrimiento humano. Sus obras continúan influenciando a aquellos autores que buscan establecer un compromiso social a través de la literatura.
Hacia 1966, Revueltas escribe el guion cinematográfico de la novela “Los albañiles”, de Vicente Leñero. La versión tuvo dos modificaciones adaptadas por el propio Revueltas y proponía un mismo actor para tres personajes, así como una sola actriz para dos, situación que no comprendió Leñero, quien molesto, desdeñó la versión del duranguense. No fue sino hasta trece años después que Leñero reconoció las múltiples virtudes del guion, y se refiere a él como una “pieza de literatura cinematográfica con la que se intenta ilustrar y rescatar una parte de la actividad como guionista del gran escritor mexicano”, para agregar una disculpa ya muy tardía.