lunes, 27 de diciembre de 2010

Ciudad oscura (Dark City, EUA, 1997)

Director: Alex Proyas, Producción: Andrés Mason/ Alex Proyas, Guión: Alex Proyas/ Lem Dobbs/ David S. Goyer, Fotografía: Dariusz Wolski, Diseño de producción: Patrick Tatopoulos, Edición: Dov Hoening, Música: Trevor Jones, Actuación de: Rufus Sewell, Kiefer Sutherland, Jennifer Connelly, William Hurt.


En una época incierta, un grupo extraterrestre secuestra a un sector de la población humana para estudiarla, robando las memorias individuales y haciéndolas una sola para utilizar la muerte como nave. El proceso que han utilizado para tal efecto es lo que denominan sugestión; con ella logran dormir a la gente para reconstruir cada doce horas la ciudad y la vida de los individuos.

John Murdoch (Sewell) es perseguido por un crimen que no recuerda. En la búsqueda por recuperar su memoria, descubre el inframundo de la organización extraña, cuyos integrantes pueden interferir en el pensamiento de los demás con ayuda del doctor Daniel P. Schreber (Sutherland). Pero durante la experimentación sobre Murdoch hay alteraciones inesperadas, pues posee la habilidad sugestiva de los extraños y logra evadir los efectos del sueño. Mientras que el detective Bumstead (Hurt) intenta atraparlo, Murdoch es ayudado por el doctor Schreber para reconocer sus poderes y eliminar a los extraños.
Pero al final, toda esperanza es en vano, pues la ciudad oscura está montada sobre la superficie de una nave espacial y ese remedo de espacio civilizado viaja sin rumbo y limitado por los muros. Murdoch entiende que no hay marcha atrás y construye, por medio de la sugestión, una playa y una copia de la atmósfera terrestre, recuperando así para los secuestrados, doce horas de días.

En medio de una ciudad oscura con edificios expresionistas, la película recuerda el aparato ambiental de Metrópoli. El excelente guión es enmarcado por una ambientación de los años 20 y un vestuario de los años 40, situación que permite reforzar la ambigüedad de la época. La iluminación permite acentuar en claroscuro aquellos elementos que poseen el peso visual. Otro aspecto importantísimo es la escenografía y ambientación. Para el cambio de edificios y decorados intervienen los departamentos de producción y dirección de arte, el cual tiene un trasfondo de diseño meticulosamente realizado. Hay mezcla de técnicas de animación para lograra el efecto en los edificios que surgen y se desdoblan; las técnicas incluyen computadoras y maquetas.
El ritmo es vertiginoso todo el tiempo. El film ofrece una coreografía oscura y asimétrica que se perfila en el rostro de la ciudad misma, pero también en todos los interiores que hay en ella. Así, existe la movilidad de muebles, de personajes que duermen, luces inestables, ruidos incidentales, música estrepitosa, música romántica, sonidos estrepitosos, líneas y ángulos que impiden toda simetría en la composición.
La línea dramática es convencional, pero muy bien manejada. El clímax ocurre en la destrucción de la ciudad, el laboratorio secreto y el grupo de extraños. La propuesta es muy rica, ya que es una mezcla de ciencia ficción, cine negro y expresionista, cine de los años cuarenta en Estados Unidos; pero con actuaciones no acartonadas ni simplistas. Todos los elementos están perfectamente engranados y nos ofrecen un montaje con gran despliegue de producción, pero sin demeritar u opacar la realización.
Bien vale la pena ver esta película, cuya tesis precedía a la comercialmente exitosa Matrix, pero sin el despliegue de efectos especiales. Al igual que en la trilogía de los Hermanos Wachowski, en Ciudad oscura el protagonista es un héroe que no quiere serlo y que se resiste a cumplir su misión, en medio de una circunstancia y personajes que lo persiguen.