La citrina es el cuarzo amarillo,
naranja y dorado; obtiene sus colores gracias a la combinación con el hierro,
es tan dura como la amatista. La palabra citrina procede del francés citron, que hace referencia a todos esos
colores y también significa limón; yo la selecciono para el armado de joyería por
su claridad y la intensidad de su tono amarillo. Hay citrina en Bolivia,
Francia, Madagascar, India y Hong Kong.
Estoy en Rio
Grande do Sul, en Brasil, por sus importantes yacimientos de citrina en sus
minas y porque es más barata. Los brasileños la asocian con Sagitario y
noviembre; quienes nacen en este mes portan un ejemplar de estas piedras para
aumentar su creatividad y alegría, aunque yo pienso que aquí todo es fiesta. De
hecho, mientras caminamos por el mercado, escucho la canción Alegría, alegría, de Cateano Veloso. Algunos brasileños regalan juegos de broches a
los matrimonios en su 13er. aniversario de bodas.
Mi guía Zé Carlos
es mi surtidor de Brasil y me va a conseguir las madeiras, que son citrinas marrones o amarillo pálidas; me invita a
una escuela de samba, ¡hay miles!, pero le digo que solo voy a observar. En
plena calle, los bailarines hacen algunas demostraciones; algunos bailarines
estudian desde los 10 años. El secreto
está en los pies.
Zé Carlos me lleva
con un curandero que me va a enseñar las propiedades de la citrina. Vende aquí
en el mercado, tiene hierbas, piedras preciosas y semipreciosas, pues las usa
en la gemoterapia. Dice que la citrina tiene poderes mágicos y la usa para
combatir enfermedades de la piel, del hígado, del estómago, del riñón y contra
los malos pensamientos; el chamán ha curado la ictericia y los miedos de las
personas que vienen aquí a comprar. Me regala una para aumentar mi energía, seguridad,
esperanza y creatividad. Curiosamente, el chamán las usa como talismán de
protección contra las macumbas de
tierra y mar, unas hechiceras que practican el animismo en Brasil.
Dejamos al chamán
y Zé Carlos me explica que algunas personas recurren a este cuarzo amarillo
para alejar las fuerzas negativas y las plagas. Después me llevó con un
encantador de serpientes que usa el poder de la citrina para tranquilizar a sus
animales; fue un espectáculo impresionante, realmente las hipnotiza. Por ahora
es todo, me invitaron a una feijãoada
tradicional. Tengo hambre.
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