jueves, 10 de noviembre de 2016

EL TUNTÚN DE PASA Y GRIFERÍA, de Luis Palés Matos

La música, la magia, la cachondez, lo pagano, el hombre negro, son algunos de los elementos que se conjugan en esta coreografía poético-lingüística que es el Tuntún de pasa y grifería.La estructura, compuesta de Tronco, Rama y Flor, nos recuerda a un género de baile antillano, dividido en tres ritmos o momentos con iguales nombres. Además, hay un paralelismo con la contradanza criolla, género bailable ubicado en las llamadas piezas de cuadro, pero que se divide en cuatro figuras de baile.La elasticidad del lenguaje, su maleabilidad para acomodarse a las referencias de la negritud, es el marco que presenta el origen y el rumbo de una identidad que, por fortuna, se negó a desaparecer.
África llegó a América para enseñarle a bailar y a cantar con alegría lo que la tristeza quiere decir.  La humillación, el oprobio y la miseria son elementos tácitos en el poema, una vez hecha su contextualización.




La lectura sincopada o jaezada es un valor agregado que Palés Matos nos regala, pues no se puede leer el poema en ritmo pausado y solemne, entonces la lectura exige el canto o el “habla jaezada”, por decirlo de alguna manera.  
Palés Matos hizo poesía musical y nos conmina a hacer lectura musical, una lectura solfeada del poema.  Al leer de esta forma el Tuntún de pasa y grifería, formamos parte del acto tribal, de la invocación, del canibalismo; nos ponemos la máscara de negro y sufrimos como él: cantando.



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