lunes, 24 de octubre de 2011

Gotas de Agua Sobre Piedras Ardientes

Productions Sarde. Dirección: François Ozon. Actuación: Bernard Giraudeau, Mark Sidi.


Dirección

El énfasis en la actuación es evidente, pues Ozon juega mostrándonos la situación externa y anecdótica para cambiar al interior de los personajes. El film se va delineando como una perfecta unidad construida por la historia, la planificación y el desarrollo inesperado de los personajes. 
El realizador francés cumple su objetivo al adentrarnos a su atmósfera interiorizante que nos deja entrever las variantes conceptuales del amor, así como el uso del poder y la redención en las relaciones sentimentales. La decisión en los planos, la iluminación y la composición se combinan para armar concienzudamente la historia.


Guión

Con una historia intimista, plena de sarcasmo y humor negro, la autora nos confina a un mundo en donde el poder sobre el otro es la base del amor. Por desgracia, los diálogos son abundantes y giran en torno a lo mismo, pero sin ninguna justificación de la rutina.  En realidad todo va pasando dentro de los personajes, pero advertimos los cambios y sus efectos ya muy avanzada la película, por lo que el ritmo de la historia se aletarga. 


Actores

Definitivamente la actuación de Giraudeau es la única que rebasa los lineamientos del guión.  No sólo hay una creación corporal y gestual compleja, sino que el desarrollo y clímax de Léopold se van logrando en forma gradual y verosímil. La interpretación de Sidi, Franz, aunque con matices y veraz, se queda muy al servicio del experimentado actor. La intervención de los personajes femeninos es breve, pero no por ello intrascendente. Ambos personajes están muy bien diseñados y a pesar del poco desarrollo en la historia, las dos actrices logran su cometido en la ficción. 


Montaje

El montaje paralelo de esta película está sumamente cuidado. La continuidad la guarda, no sólo el movimiento y la mirada de los personajes, sino que también la estrecha relación que hay entre espacio y vida íntima de cada uno de los caracteres.  Por eso la recurrencia a mostrar primero el espacio o gran parte de él, y retomarlo en el mismo plano, cada vez que vuelve a aparecer. La historia se cuenta en forma continua, no hay regresiones ni progresiones en el tiempo.  Las elipsis son justas para contar la historia coherentemente.


Música

La banda sonora es muy importante porque refleja el carácter y sentimiento de Franz, en contraste con las necesidades de Léopold que siempre desea silencio cuando tiene la seguridad y el control de la relación; no así cuando Léopold quiere comenzar sus flirteos, entonces para él, la música se vuelve un cómplice.


Comentario

A pesar de ser una historia que cumple con los requisitos de verosimilitud, desarrollo coherente y un final muy bien logrado, lo abundancia de diálogos en torno a lo mismo no permite un ritmo ascendente.  El intento del director por mostrar la degradación de las relaciones amorosas termina en un gran chiste de humor negro, cuya única reminiscencia  al tono marcado al principio de la historia, es la escena final en donde constatamos la soledad individualizada del amante transexual que simboliza la soledad colectiva de los cuatro personajes.
                          








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